En el mundo cibernético, más precisamente en el de las redes
sociales, las noticias van y vienen como boomerang en playa de Mar del Plata.
Fue así como, el neewfeed de Facebook me sorprendió con una noticia impensada:
mi ex se casó. ¡¡¡¿¿Qué??!!! No lo podía creer, y ese espasmo fue el que me
dejó muda frente a la pantalla, con mis ojos como un dos de oro.
880 días después del final, hoy, me volví a encontrar con el
difunto (apodo asignado por mi mejor amiga en referencia a mi ex pareja).
Pero... atrás ¿Qué quedó? Al saber la novedad e imaginarme su cambio en el
estado civil me fue inevitable recordar su viejo argumento, ese con el que
intentaba justificar la inacción del desinterés con frases del estilo: "El
verdadero amor no es convencional" o "El anillo es una forma de
opresión".
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